

Descripción enviada por el equipo del proyecto. La Residencia South Bay está situada en un terreno plano y rural en Ontario, a unas pocas horas al este de Toronto. Ubicado en una extensión orientada al norte, el sitio ofrece un vasto campo abierto bordeado por un delicado bosque de árboles y una costa con árboles únicos y variados que se volvieron parte integral del concepto arquitectónico.


Para crear una interacción más dinámica con el paisaje, el diseño propone tres "barras vivas" que se interceptan y desplazan a través del sitio. Esta configuración, en lugar de una única estructura lineal, genera microclimas exteriores que brindan protección contra el viento a lo largo de las estaciones y enmarcan vistas de manera selectiva. Estas interrupciones deliberadas remodelan la experiencia tanto del hogar como de sus alrededores, ofreciendo puntos de vista variados y una narrativa espacial en evolución.

Una reconsideración distintiva de los principales espacios habitables introduce lo que llamamos orientaciones “paisaje” versus “retrato”. Mientras que en proyectos anteriores se utilizaba una cuadrícula rectangular repetitiva con la dimensión larga compartida entre los espacios, en este proyecto la cuadrícula rectangular se rota, compartiendo el lado corto. El área de estar resultante, de 48’ x 12’, amplía la fachada hacia la vista, reduciendo la distancia percibida al paisaje. Este cambio disuelve la frontera entre el interior y el exterior. Al sentarse en la mesa del comedor o en el sofá, la proximidad a las ventanas ampliadas elimina las obstrucciones arquitectónicas en la visión periférica, enfocando toda la atención hacia el exterior.


La forma del techo comprende tres estructuras de cobertizo espejadas. En la barra principal de estar, estas formas se intersectan, creando espacios exteriores protegidos bajo un dosel unificado que ofrece tanto refugio como sombra solar. El paisaje generado por el techo introduce una topografía dinámica en un sitio que de otro modo sería plano, invitando a la mirada a recorrer sus formas onduladas, como si se siguieran colinas suaves o montañas irregulares. Este enfoque equilibra la practicidad con una energía escultórica que enriquece las experiencias tanto interiores como exteriores. Los dormitorios y los espacios de estar se benefician de esta geometría expresiva, mejorando la sensación de volumen y aportando una reinterpretación contemporánea de la arquitectura vernácula rural.

La paleta interior es contenida, predominando el revestimiento en contrachapado, mientras que las paredes blancas se introducen selectivamente por debajo de un datum alineado con la geometría del techo para resaltar las obras de arte. Las áreas húmedas, incluido un spa interior, están terminadas con azulejos contrastantes, que aportan una distinción tanto táctil como visual.


Aunque la arquitectura resultante parece compleja, su fundamento radica en proporciones familiares y formas vernáculas. Su singularidad emerge de la interacción de estas formas y su contraste con el paisaje, produciendo un hogar que intenta tanto enmarcar como interactuar con su entorno natural.


































